¿Por qué nace este blog?

Son muchos los recuerdos que se agolpan en las «cajas» de mi vida y la verdad sea dicha, tengo la sensación de haber vivido unas cuantas.

En este blog, compartiré con vosotros todo lo referente a esos recuerdos que tengan que ver con la cocina; sí, ese lugar mágico de la casa donde todo ocurre. Ese lugar donde se mezclan aromas con reuniones entrañables; sabores con experiencias que me ayudaron a crecer y donde la vida, amigos míos, me dio la oportunidad de poder compartir mi pasión con mis seres queridos.

Si hago un repaso de mis momentos buenos, muchos de ellos son relacionados con la cocina. Ésta, ha sido partícipe de muchas celebraciones y reuniones en las que al final de ellas, he sido feliz.

Recuerdo cuando de pequeño, viviendo en Valladolid, mi querida hermana y yo nos poníamos a hacer rosquillas fritas con mi madre y cómo, cuando llegaba la época de las orejuelas, esos momentos se convertían en una fiesta.

Hubo muchas de esas tardes de invierno en las que la casa que teníamos para los fines de semana en Castropepe se inundaba de esos aromas de magdalenas y pastas caseras que mi madre hacía con las vecinas. No os podéis imaginar lo que era entrar en una habitación y ver cientos de ellas recién sacadas del horno de pereruela que había en la cocina de verano y no ser capaces de esperar a que se enfriaran.

No se me pueden olvidar esos días, hace ya unos años, en los que mi padre y yo nos pusimos a hacer torreznos con unos muy buenos amigos (y aún mejor personas) de León.

Tampoco pueden faltar esos lindos recuerdos de mis años en un maravilloso país llamado Colombia donde pude compartir mi pasión con buenos amigos. Una parte de mi corazón se quedó allí con todos ustedes.

Y qué decir del magosto que organicé en Mozambique para celebrar con las comunidades locales un día de fiesta asando un cerdo bajo tierra. Nunca podré olvidar ese atardecer con aquel Sol imponente, de rojo intenso y el ruido de los tambores lejanos procedentes del más profundo «mato grosso».

O cuando estaba cocinando una pizza en Sierra Leona momentos antes de pasar por una de las experiencias más impactantes de mi vida.

Mis primeras samosas en Somalia; los ricos pulao y aún más sabrosos shish-kebab de Afganistán acompañados de su extraordinario nan-i-afghani; mi exposición al curry en Londres y en Sri Lanka; todo ello, acompañado por supuesto de otras experiencias que la vida y el trabajo me trajeron, sin duda alguna me ayudaron a crecer.

Poco a poco, quiero ir compartiendo esas experiencias con vosotros y lo quiero hacer, en la medida que pueda, al lado de mi madre; gran cocinera y mejor madre de la que estoy seguro, podremos aprender todos a cocinar, a ser mejor personas y por ende, a vivir mejor.

Con solo pensar lo bien que nos lo vamos a pasar preparando el blog, ya merece la pena. Ya estoy viendo el ir y venir de mis hijos a la cocina para, con la excusa de ofrecer su ayuda, ir picando sin cesar de todo aquello que se esté cocinando.

Este blog, Cocinando con «Costilla», nace con mucho cariño. Tanto es así que he utilizado para ello mi apellido e intentaré hacer honor a él dando lo mejor de mi cocina.

Y si al final, alguna de estas recetas os sirve a vosotros para tener una excusa con la que poder reunirse con vuestros seres queridos y así celebrar unos ricos momentos, ya me doy por satisfecho.

Para finalizar, recordaros que la vida es para comérsela, bebérsela, disfrutarla y compartirla, y si todo ello lo hacéis con cariño y trabajo, será sin duda uno de vuestros mejores «platos».

¡No permitáis que la vida os coma!

Un abrazo,

OJC